Los efectos a largo plazo de la separación familiar

Estar separado de la familia no es fácil. Puede ser bastante aterrador, especialmente cuando esa separación ocurre en un lugar desconocido, donde se habla un idioma desconocido, y cuando esa separación no ocurrió voluntariamente.

Desde 2017 hasta 2018, miles de familias inmigrantes fueron separadas debido a la política de cero tolerancia de la administración Trump. Según la ley de los Estados Unidos, no se permite que los niños sean detenidos en una cárcel federal.

Según una investigación publicada por la Biblioteca Nacional de Medicina / Institutos Nacionales de Salud de EE. UU., entre Abril y Junio de 2018, más de 2,300 niños inmigrantes fueron separados de sus familias y reubicados, esperando el resultado de los casos de sus padres y esperando reunirse.

A finales de junio, luego de la indignación pública, el ex presidente Trump firmó una orden ejecutiva que puso fin a la política que separaba a los niños de sus familias en la frontera sur. A pesar de esto, no había ningún plan sobre cómo se iban a reunir las familias separadas.

Aproximadamente más de 600 niños permanecen separados de sus padres o tutores hasta el día de hoy y el peso que eso toma no es uno leve.

Los proveedores de atención médica pediátrica están preocupados por los efectos de largo plazo que tendrá la separación en los niños.

En un artículo escrito por Patty Huang en la página web del Centro de Investigación y Prevención de Lesiones del Children’s Hospital of Philadelphia, la Dra. Mary Fabio, directora del Programa de Salud para Refugiados en CHOP, y la Dra. Nancy Kassam-Adams, co-directora del Centro para Estrés Traumático Pediátrico, también en CHOP, ambos comparten sus opiniones profesionales sobre cómo se verán afectados estos niños.

Se puede observar que la Dra. Fabio dice que la separación no solo puede afectar física y mentalmente a los niños, sino que también puede cambiar su “arquitectura cerebral.” 

Para los niños más pequeños, el trauma de estar separados de sus padres puede resultar en problemas de apego y problemas emocionales y cognitivos de largo plazo. Los niños mayores pueden desarrollar ansiedad, depresión o problemas de conducta. Algunos incluso pueden autolesionarse para hacer frente,” dijo la Dra. Fabio.

También es importante notar que estos niños no solo son separados de sus padres y colocados en lugares extraños, sino que durante el tiempo que están separados los niños y los padres no tienen ningún contacto.

Después de la reunificación, el trauma de la separación no nomas desaparece. Los niños pueden desarrollar sentimientos de resentimiento, actuar de manera agresiva con sus familias e incluso perder la confianza en los adultos en sus vidas.

La Dra. Kassam-Adams dice que los adultos en la vida de estos niños deben responder con paciencia y empatía, y también tratar de encontrar lazos afectivos como familia.

Mientras las familias continúan reuniéndose, los padres deben recordar que el camino hacia la recuperación de sus hijos no será rápido ni fácil.